Así para pedir una cerveza pequeña uno puede decir “ein kleines Bier” (sin olvidar el “bitte”, educación ante todo) o puede marcarse una vienéz y decir “ein Seidl”... el truco para dar el pego está en pronunciar este “dl” como si uno fuese oriundo de Cataluña.
Si uno tiene mucha sed puede pedir “ein groβes Bier” o usar la vienéz “ein Krügel” de nuevo lo más catalanamente posible.
Si conseguís impresionar al camarero vienés con tan tamaña muestra de voluntad de integración, puede que recibáis una sonrisa como recompensa (los camareros de Viena no tienen fama de ser los más simpáticos del mundo, aunque yo por ahora no me puedo quejar). ¡Salud! (Prost!)
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