
En Viena en invierno nieva, nieva y nieva, de modo que, a la larga, se acumula un montón de nieve en los tejados de las casas. Esta nieve se desliza poco a poco, sibilinamente tejado abajo, hasta situarse en un punto desde el que te cae de sopetón en la cabeza. Por eso, estos edificios traicioneros están marcados con unos palos rojos y blancos y con una señal de peligro que dice "Dachlawine", es decir "avalancha de techo". Es una palabra compuesta por "el techo": "das Dach" y "la avalancha o el alúd": "die Lawine".
Yo confieso que no sé muy bien cómo reaccionar ante estas señales ¿tengo que cambiarme de acera? ¿tengo que caminar pegada a la pared como en las películas de espías? ¿tengo que subirme el cuello del abrigo y corretear hacia el final del peligro?... pues no lo sé, pero como el que avisa no es traidor, "bitte Vorsicht!", "cuidado, por favor"...